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Aprendizajes Esperados
Aprendizajes Esperados
Comprender las principales características de la evolución histórica de Europa en la Edad Media.
Comprender la formación de la sociedad medieval.
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Introducción
Introducción
Con las palabras “Medioevo”, “Medieval”, o “Edad Media”, se hace referencia al período de la historia europea comprendido entre el año 476 d. C. (caída del Imperio Romano de Occidente), y 1492 (descubrimiento de América). En otras palabras, la Edad Media se ubica entre la Antigüedad (Edad Antigua) y los Tiempos Modernos, y de ahí su nombre. Hay que aclarar que esta división de la historia se planteó, precisamente, en los “Tiempos Modernos”, y por ello es que el nombre de Edad Media también resulta bastante equívoco, por cuanto los “antiguos” se consideraban a sí mismos como “modernos”, al igual que los “medievales”, ocurriendo algo similar en nuestros tiempos, pues si bien somos “modernos”, no nos consideramos “contemporáneos” de aquellos “modernos” del siglo XVII.
Tradicionalmente, la Edad Media ha sido considerada y descrita como una época de oscuridad en la que predominaron los valores religiosos, éticos y morales del cristianismo por sobre el desarrollo de la ciencia y otras manifestaciones culturales. A este respecto, es preciso señalar que el hecho que en una época determinada, los intereses de una sociedad se hayan centrado en una materia específica, construyendo su propia forma de ver e interpretar al mundo y a los hombres, y que después, en una etapa distinta, sean otras las perspectivas que para ese efecto se empleen, ello no permite calificar a la primera como una “época oscurantista”, pues cada etapa del desarrollo histórico humano debe ser valorada en su propio sentido y esencia.
Ciertamente, el cristianismo fue la fuerza unificadora de Europa tras las invasiones bárbaras y la caída del imperio romano, al menos en occidente. Los pueblos germanos (lombardos, francos, alamanes, vándalos, visigodos y ostrogodos, entre otros) habían sido, desde mucho tiempo atrás, un problema para Roma, el que se agudizó cuando, en el siglo IV, la presión ejercida por los hunos los llevó a solicitar su admisión en el territorio del imperio, tal como ocurrió con los visigodos, quienes posteriormente, al no ser respetado el acuerdo que habían suscrito con las autoridades romanas, se alzaron contra estas, llegando incluso a saquear la capital imperial (410 d. C.), para terminar estableciéndose en España. Otro tanto ocurrió con los francos, que se establecieron en la Galia, aunque estos se aliaron temporalmente con los romanos para luchar contra los hunos y su rey, Atila. Posteriormente, los distintos grupos francos se unieron bajo el mando de Clodoveo, quien se convirtió al cristianismo.
Los ostrogodos, por su parte, gobernados por Teodorico, se establecieron en la península itálica, cuyas regiones norte y central cayeron luego (siglo VI) en poder de los lombardos.
El imperio romano de occidente se había fraccionado y tres elementos culturales, de raíces muy distintas, como lo son el cristianismo, el legado clásico greco-romano y la cultura germánica, empezaban a dar forma a una nueva Europa.
La vida urbana paulatinamente fue desapareciendo y nuevos propietarios agrícolas, de origen germánico, aparecían por todas partes. Los pueblos se mezclaban, al igual que sus culturas, tanto así que los invasores empezaron a adoptar el cristianismo como religión. Todo esto implicó que las antiguas autoridades fueran perdiendo su fuerza, y que sus funciones elementales, tales como la mantención del orden y la administración de justicia, tuvieran que ser asumidas por la iglesia, institución que empezó a ejercer el poder temporal.
Paralelamente, la religión cristiana se expandía gracias a la acción misionera de personas como San Patricio, quien convirtió a los celtas en Irlanda, o San Bonifacio, el que evangelizó a los germanos. Aparecieron nuevas órdenes monásticas, como la de los benedictinos, establecida por San Benito en Italia, cuya máxima era “Ora y trabaja”. Los monasterios, en general, no solo eran el lugar de residencia de los monjes, sino que también se constituyeron en elementos de difusión cultural y de desarrollo de la agricultura y otras labores.
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Contexto Histórico
Contexto Histórico
• Nacimiento y Expansión del Islam
En la península Arábiga surgió una nueva manifestación religiosa, el Islam. Un profeta, Mahoma, recibió la misión divina de procurar la sumisión de todos al dios único Alá, y comenzó su prédica de conversión en la ciudad de la Mecca, pero tuvo que salir de ella al no encontrar acogida, trasladándose a Medina. Este viaje es conocido como La Hégira (622 d. C.), y desde esa última urbe, Mahoma logró iniciar la expansión de su fe que tiene cinco principios distintivos:
1º. Creer en un sólo Dios, Alá, y que Mahoma es su profeta. 2º. Orar una vez al día, en dirección hacia la Mecca. 3º. Dar limosna a los pobres. 4º. No comer de día durante el mes de Ramadán. 5º. Hacer por lo menos una vez en la vida, si es posible, una peregrinación a la Mecca. Mahoma murió el año 632, y sus sucesores se esforzaron por expandir la fe islámica, en lo que denominaron “Guerra Santa”. En este proceso expansivo, llegaron con su mensaje a regiones distantes. En algunas partes establecieron su dominio, como ocurrió en Mesopotamia (actual Irak), Irán y China, pero fracasaron en otras, como la India, donde su fe igualmente se difundió. Por el Mediterráneo, se expandieron por la costa africana, desde donde amenazaron la Galia e Italia. El año 709 iniciaron la conquista de la península Ibérica, la que fue facilitada por las divisiones internas que experimentaban los visigodos. De su dominio, solo escapó la región de Asturias (nor oeste de la península), desde donde los cristianos iniciaron la denominada “Guerra de Reconquista”.
Culturalmente hablando, al tomar contacto con las culturas de lugares tan distintos, los árabes se convirtieron en un elemento de desarrollo de importancia, pues se transformaron en un verdadero “puente cultural”, al difundir diversas técnicas, cultivos y manifestaciones artísticas y científicas.
Buenos ejemplos de esto los encontramos en la metalurgia, el uso del papel y de la brújula, la introducción del cultivo del arroz y de diversos frutales cítricos, el álgebra e incluso, nuestro sistema de numeración. Muchas palabras de nuestro idioma tienen raíz árabe: Almud, almohada, alarife, ojalá (“que Alá lo quiera”, o en su versión hispana “que Dios lo quiera”), etc.
• El Imperio Bizantino
Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, su homónimo de oriente se mantuvo hasta 1453, cuando fue ocupado por los turcos otomanos.
Su existencia siempre se vio amenazada por distintos pueblos, como los eslavos, persas y búlgaros. Sin embargo, bajo el dominio del emperador Justiniano (527 al 565 d. C.), se logró reestablecer la unidad romana y Bizancio vivió una época de esplendor que la transformó, al decir de muchos, en una ciudad que no se podía comparar con ninguna otra, dada la magnificencia de sus construcciones y obras públicas.
A pesar de ello, esta época de “reunificación” terminó, aunque los emperadores de oriente continuaron sosteniendo sus derechos sobre las tierras que otrora habían dado forma al imperio de occidente.
Bizancio (o Constantinopla), estaba situada en la encrucijada de los caminos que conducían a oriente. Esta posición geográfica, por una parte, la exponía a los ataques de sus enemigos, pero por otra, facilitaba su activo comercio con apartadas regiones. De oriente llegaban especias, perlas y sedas, y desde el mar Negro, trigo, pieles y esclavos. Todo ello redundó en una cultura polifacética en la que se entremezclaban elementos de distinto origen, aunque con un marcado predominio de origen griego, tanto así, que el idioma del mismo nombre llegó a convertirse en la lengua oficial.
A diferencia de lo que ocurría en occidente, en Bizancio el poder temporal del emperador no se debilitaba e incluso, llegó a tener gran injerencia en cuestiones de carácter religioso. Con el tiempo, aparecieron divergencias entre la iglesia griega y la romana. En el año 381, se rechazó formalmente la doctrina que afirmaba que el obispo de Roma, es decir el Papa, tenía jurisdicción sobre toda la iglesia; luego, se agregó el rechazo al culto de imágenes sagradas, llegándose a la mutua excomunión del Papa León IX y el Patriarca Miguel Cerulario el año 1054, la que implicó una ruptura definitiva y el surgimiento de la iglesia griega ortodoxa.
• El Imperio Carolingio
Los merovingios, establecidos en la Galia, administraron su reino por medio de un tipo de funcionario que ha sido denominado “mayordomo”. El más destacado de ellos fue Carlos Martel, quien, el año 732, logró detener el avance de los árabes en la batalla de Poitiers. Este encuentro bélico tuvo grandes proyecciones, por cuanto impidió que los musulmanes expandieran su guerra santa hacia el resto de Europa y, por otro lado, Carlos Martel inició así la época de predominio de la familia de los carolingios.
Pipino “el Breve”, hijo de Carlos Martel, con la anuencia papal, derrocó a la dinastía merovingia (751 d. C.). Pipino fue un gran aliado del papado, en cuya ayuda acudió ante la amenaza de los lombardos, a quienes logró derrotar para posteriormente, entregar esos territorios a la iglesia. Esta donación se transformó en la base del dominio temporal de los papas durante la Edad Media.
A la muerte de Pipino, el reino franco fue dividido entre sus dos hijos, Carlomán y Carlos. El primero murió al poco tiempo, por lo que su hermano quedó como monarca único. Sus relaciones con la iglesia siguieron la ruta trazada por su padre. El papado solicitó su ayuda ante una nueva amenaza lombarda, y Carlomagno, como sería conocido, acudió prestamente, derrotándolos de manera definitiva. Esto le valió ser coronado como rey de ese pueblo el año 774
La actividad militar de Carlomagno lo llevó a establecer un imperio, que se extendió desde el océano Atlántico hasta en río Elba. Pero no se trataba únicamente de una conquista militar. También era una conquista religiosa, puesto que tras sus tropas seguían los sacerdotes, quienes evangelizaban a los pueblos recién dominados.
Las tierras conquistadas fueron divididas en “Condados” y “Marcas”. Los primeros estaban a cargo de un “Conde” que administraba y ejercía justicia a nombre del rey, además de ser el comandante de las fuerzas militares. Las segundas, generalmente establecidas en zonas fronterizas, eran gobernadas por un “Marqués”. Una suerte de inspectores, los “Missi Dominici” (Enviados del señor), recorrían el imperio, supervigilando su funcionamiento e informando de cualquier anomalía. La capital del imperio fue Aquisgrán, ciudad que se transformó en un centro de expresiones culturales de primera importancia, las que han dado origen a la expresión “renacimiento carolingio”, que se utiliza para referirse a la fusión entre la cultura clásica y la religión católica.
El año 800 d. C., en Roma, Carlomagno fue coronado emperador por el Papa León III. Este hecho implicaba la idea de que el poder temporal (el que ejercía el emperador) y el poder espiritual (el que detentaba el papado) debían funcionar coordinadamente para lograr llevar a los hombres a la virtud y a la salvación.
A la muerte de Carlomagno, su hijo, Luis “El Piadoso”, trató de continuar su obra, pero las rebeliones de los nobles se lo impidieron. Sus tres hijos, Carlos, Lotario y Luis, lucharon entre ellos y en el tratado de Verdúm (843 d. C.), acordaron la división del imperio en tres partes. Así se inició el fraccionamiento del poder y del territorio, que caracterizó gran parte de la Edad Media.
• Normandos y Vikingos invaden Europa
En el siglo IX se produjeron nuevas invasiones. Desde el norte de Europa arribaban los Normandos y los Vikingos, quienes, tras asolar los puertos y ciudades costeras, remontaban los ríos navegables y proyectaban sus correrías hacia el interior del continente. A estos ataques, se sumaron los de los húngaros que, desde las márgenes del río Danubio, llegaron hasta la misma Francia.
Los reyes carolingios fueron incapaces de defender a sus súbditos. Los nobles, entonces, construyeron castillos y fortalezas; las ciudades volvieron a ser amuralladas, y los caminos se tornaron extremadamente peligrosos. Todos anhelaban protección, la que solo podía ser entregada por los nobles. El poder central se desintegró y en su reemplazo, apareció un nuevo orden, el feudalismo.
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La Europa Feudal
La Europa Feudal
• El Orden Feudal
La sociedad feudal puede ser perfectamente representada a través de una pirámide, en cuyo vértice superior se encuentra la figura del rey, quien al menos en la teoría, era el poder máximo. Decimos que esto es teórico, ya que, debido a la carencia de recursos financieros, no podía imponer su autoridad sobre quienes lo seguían en esta estructura, los señores feudales; estos últimos, al ser los dueños de las tierras, detentaban efectivamente el poder. En este segmento es posible encontrar dos grupos. El más alto era el conformado por los Duques, Condes y altos prelados de la iglesia; el segundo, el que integraban caballeros, obispos y abades.
Bajo aquellos, se ubicaba el pueblo, compuesto por los “siervos”, que trabajaban las propiedades del “señor”, pero no podían abandonarlas. Su vida era regida por los “señores”, quienes, incluso, autorizaban sus matrimonios. También existían los campesinos libres, que debían pagar pesados tributos, entregar parte de sus cosechas y también trabajar las tierras del señor.
Los vínculos feudales eran la base funcional del sistema social. Un señor, dueño de un bien, generalmente tierras, concedía el dominio de él a una persona. Este bien recibe el nombre de “feudo”, quien lo concede,el de “señor”, y quien lo recibe,el de “vasallo”. La entrega del feudo se hacía mediante un gesto simbólico, es decir, utilizando un objeto que representaba las tierras que se entregaban. Esta es la “investidura”. El vasallo, entonces, prestaba a su señor un juramento de fidelidad,que es conocido con el nombre de “Homenaje”.
Existían deberes recíprocos entre señores y vasallos. Los primeros debían prestar protección y mantención a los segundos, quienes, a su vez, debían ayuda y consejo a los primeros. Esta ayuda se traducía fundamentalmente en servicios de tipo militar, lo que a un señor le proporcionaba las fuerzas necesarias para defender sus propiedades.
Con el transcurso del tiempo, otras funciones y derechos fueron entregados en calidad de feudos. El rey solo ejercía autoridad en sus propios dominios y sobre sus propios vasallos, por lo que cada señor era un verdadero rey en sus tierras, pues tenía sus propios ejércitos, administraba justicia, cobraba tributos y acuñaba monedas.
La Iglesia no escapó a este esquema de organización. Obispos y abades se transformaron en vasallos de los reyes y también en señores. Por otra parte, al recibir grandes donaciones de tierras, la institución fue acumulando una riqueza bastante considerable que, en lo relativo a la propiedad agrícola, ha llegado a ser calculada en la tercera parte de las tierras explotables de Europa occidental y central.
• Las cruzadas: religión y guerra
En su origen, las expediciones conocidas con el nombre de Cruzadas, y que se desarrollaron a partir del siglo XI, fueron motivadas por cuestiones de tipo religioso, pero sus consecuencias políticas y sociales terminaron por acelerar la transformación de Europa.
Los cristianos habían adquirido la costumbre de peregrinar a Tierra Santa, pero el predominio musulmán en este territorio vino a cambiar las cosas. La fuerte organización militar y el poderío del Islam hacían temer una nueva invasión de Europa desde Oriente, y a ello se sumaba la guerra de reconquista española. Poco a poco, en Europa se fue imponiendo la idea de la necesidad de realizar una cruzada, como una guerra de religión y de liberación.
El Papa Urbano II, en el concilio de Clermont (1095), predicó la cruzada contra los infieles para liberar la tierra que, según los postulados cristianos, había sido santificada por la pasión de Cristo. El año 1099, Jerusalem cayó en manos de los cruzados. Para asegurar el dominio en la región, se organizó el reino de Jerusalén, eligiéndose como rey a Godofredo de Bouillon, quien aceptó únicamente ser el defensor del Santo Sepulcro.
El año 1145, ante los éxitos militares musulmanes, se inició la segunda cruzada en la que, si bien se logró restablecer el dominio sobre Jerusalem, se fracasó en el objetivo de logar el control sobre Damasco, regresando los cruzados a Europa.
Los musulmanes, liderados por Saladino, lograron recuperar el control de Jerusalem el año 1187, y los cristianos, expulsados, nunca volvieron a reconquistarla. La tercera cruzada fue proclamada por el Papa Gregorio VIII, ese mismo año, y se logró recuperar algunas ciudades. Las cruzadas siguientes (la cuarta, entre los años 1202 y 1204 y la quinta, entre 1217 y 1221), no obtuvieron ningún resultado concreto.
• La economía europea medieval
La economía feudal fue básicamente agrícola, y su principal unidad productiva fue la villa. Las tierras de una villa normalmente se dividían en dos partes, una era la tierra señorial, cuya producción iba en directo beneficio del señor, y era trabajada por los siervos domésticos de este y por los villanos, que mediante su labor, prestaban servicios personales. La otra parte de las tierras se dividía en lotes y era explotada por los mismos villanos (habitantes de la villa), quienes debían pagar un censo que normalmente se cancelaba en especies. Existían, además, tierras comunes en las que el señor siempre se reservaba algún derecho específico.
Cada villa procuraba ser una economía autosuficiente y por lo tanto, producía lo que necesitaba para su propio consumo.
Importantes cambios económicos se produjeron a raíz de las cruzadas, pues el tráfico comercial con el cercano oriente aumentó en forma considerable, especialmente el que realizaban algunas ciudades italianas. Tal fue la cantidad de productos que se importaban, que hubo necesidad de reexportarlos a otros destinos en Europa. En las ferias, que se realizaban una vez al año, se reunían mercaderes de todas partes a vender sus productos.
El aumento del comercio trajo aparejado un resurgimiento de la moneda como instrumento de cambio y de una serie de otros instrumentos de tipo financiero, como las letras de cambio y los préstamos a interés. La vida urbana renació, bajo nuevas formas de organización y leyes propias. Generalmente, el gobierno de las urbes era ejercido por un consejo municipal, presidido por un Alcalde. Inicialmente, las ciudades dependieron del señor feudal en cuyo territorio se hallaban emplazadas, pero a partir del siglo XI empezaron a lograr su independencia, quedando sujetas al rey, a quien tributaban. El monarca, con estos nuevos ingresos, podía aumentar su poder sobre los nobles.
También. en las ciudades, apareció un nuevo elemento social: el burgués. El habitante del burgo (ciudad) era una persona libre, no sujeta a lazos de vasallaje y, económicamente hablando, se interesaba en el comercio. Fue en las ciudades y gracias al comercio, donde empezaron a darse las primeras manifestaciones del capitalismo comercial. En ellas, además, aparecieron las asociaciones de comerciantes (Guildas), que gozaban del monopolio de la venta en determinadas áreas. Los artesanos también se organizaron, de acuerdo a su especialidad, en gremios que regulaban los precios, la calidad de los productos y el acceso al oficio.
Así, el comercio empezó a convertirse en una actividad económica, cuya importancia quedaría plenamente demostrada a partir de 1453 con la caída de Constantinopla en manos de los turcos otomanos.
• La cultura medieval
Si bien es efectivo que la cultura medieval fue teocéntrica, ello no es un indicador de la calidad de las manifestaciones culturales. Durante la Edad Media, se inició el desarrollo de las universidades como centros de enseñanza, siendo la primera la que ese estableció en Bolonia el año 1317. Normalmente, estas instituciones se organizaban en torno a cuatro facultades: derecho, teología, medicina y artes.
Gran parte del desarrollo intelectual de la época se debió a la iglesia o a sus integrantes, especialmente en el campo de la filosofía, donde destaca con luces propias Santo Tomás de Aquino, quien ha sido llamado “Doctor Angélico” y fue uno de los más sobresalientes cultores de la filosofía escolástica. Su gran aporte fueron sus intentos por conciliar el conocimiento y la fe y entre sus obras, se destacan la Summa Contra Gentiles, mediante la cual trata de convencer a los eruditos musulmanes de la verdad del cristianismo, y la Summa Theologica, en la que trata sobre Dios, la vida moral del hombre y Cristo.
También se destaca, por su profundidad intelectual, el poeta y pensador florentino Dante Alhigieri, autor de la Divina Comedia, narración en la que describe el viaje del alma a través del infierno, el purgatorio y el cielo, lugares en los que encuentra a personajes míticos, históricos y contemporáneos, los que simbolizaban, en definitiva, los defectos y virtudes humanas. Otra de sus obras, esta vez en el campo de la filosofía política, es un tratado sobre la monarquía.
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El Descubrimiento de América: Un Nuevo Mundo y una Nueva Época
El Descubrimiento de América: Un Nuevo Mundo y una Nueva Época
En los momentos en que los reyes católicos (Fernando de Aragón e Isabel de Castilla) estaban en plena campaña contra el reino moro de Granada, apareció en España un hombre desconocido: Cristóbal Colón.
Colón, un navegante de origen genovés, tenía un ambicioso proyecto que ya había sido rechazado en la corte portuguesa: Abrir una nueva ruta comercial hacia oriente, pero navegando hacia el oeste, aprovechando la esfericidad de la tierra. En Portugal, y también en Castilla, su propuesta fue rechazada, debido al alto costo que implicaba, especialmente en lo referido a los emolumentos que recibiría su impulsor. Sin embargo, la intervención de Luis de Santángel, convenció a la reina Isabel de apoyar la iniciativa colombina. En abril de 1492, se firmó la Capitulación de Santa Fe, en la que se fijaron las condiciones en que se realizaría la expedición. Al mando de tres carabelas, Colón zarpó y el 12 de octubre del mismo año arribó a unas islas que presumió se encontraban cerca de oriente. Nunca supo que había descubierto un nuevo continente.
Los reyes católicos, deseando obtener el dominio de esas tierras, recurrieron al Papa Alejandro VI, quien fijó una línea que separó el dominio portugués del castellano (Bula Inter Caetera, 1493). Sin embargo, las reclamaciones portuguesas obligaron a una negociación directa entre las partes, y en 1494, se trazó un nuevo límite (tratado de Tordesillas). España podía, ahora, iniciar la conquista del Nuevo Mundo. Pocos años después, otros países, como Francia e Inglaterra, iniciarían su propio proceso de colonización en Norteamérica.
Autoevaluaciones
Pregunta Nº 1
¿Por qué es erróneo caracterizar a la Edad Media como una época de oscurantismo?
Tradicionalmente, la Edad Media ha sido caracterizada como una época de oscurantismo, debido a que se le compara con la Antigüedad y con los Tiempos Modernos. Sin embargo, en sí misma no fue tal, dado que las artes y la cultura siguieron siendo importantes, aunque sus temáticas hayan sido totalmente distintas. En este sentido, la cultura, así como cualquier manifestación del ser humano en cualquier campo, debe ser valorada de acuerdo a su propia época y no en comparación con otras.
Pregunta Nº 2
¿A qué se debe que los reyes europeos no detentaran, efectivamente, el poder durante la Edad Media?
El fraccionamiento del poder del Estado fue una de las características propias de esta época y se debió a que, en definitiva, los reyes no fueron capaces de asumir la defensa de sus respectivos territorios, cosa que sÍ pudieron hacer, en escala menor, los señores feudales (marqueses, condes, etc.), quienes contaban con los recursos y hombres para ello.
Pregunta Nº 3
¿Cuál fue la importancia de la batalla de Poitiers?
La importancia de la batalla de Poitiers radica fundamentalmente en que su resultado logró detener la expansión del Islam en Europa.
Pregunta Nº 4
¿Cuál era el espíritu que animaba a las cruzadas?
En cuanto al espíritu que las anima, las cruzadas resultan ser empresas muy curiosas. Efectivamente, hay varios elementos que las impulsan, destacándose entre ellos el interés por recuperar para la cristiandad los santos lugares. Sin embargo, muchos cruzados participaban en ellas guiados por otras ideas, tales como los botines de guerra o intereses comerciales.
Pregunta Nº 5
¿Por qué el descubrimiento de América es el hito final de la Edad Media?
El descubrimiento de América en 1492 se utiliza para marcar el fin de la Edad Media, ya que es una muestra clara y evidente de un cambio que se había operado en la sociedad europea y del surgimiento de nuevas formas de ser y de nuevas ideas económicas.
Ejercicios
Ejercicio Nº 1
A fines de la Edad Media, se produjeron importantes cambios económicos y sociales que tuvieron profundas repercusiones políticas. Entre ellos se puede(n) mencionar:
La aparición de un nuevo grupo social, la burguesía.
La creación de nuevas fortunas que, indirectamente, contribuyeron a que los reyes recuperaran parte del poder político.
El desarrollo de la industria.
Sólo I
Sólo III
Sólo I y II
Sólo I y III
Sólo II y III
El desarrollo del comercio impulsó la aparición de un nuevo grupo social, el de los burgueses (habitantes de las ciudades). Paralelamente, como los centros urbanos se liberaron de la tuición de los señores feudales, pasaron a depender, en materias tributarias, de los reyes, quienes con esos fondos pudieron crear ejércitos y financiar aparatos burocráticos, e imponerse ante los feudales.
Respuesta correcta: Alternativa C.
Ejercicio Nº 2
La importancia cultural del imperio de Carlomagno radica fundamentalmente en que:
Se logró formar una síntesis entre la cultura germánica y la religión católica.
Se permitió el libre ejercicio de todas las religiones.
Se propagó el pensamiento iconoclasta.
Se introdujo el pensamiento humanista, especialmente en lo concerniente a la interpretación de los textos bíblicos.
Ninguna de las anteriores.
En esta pregunta la respuesta correcta está contenida en la opción a. Las demás alternativas se descartan, porque no corresponden a la época en cuestión.
Respuesta correcta: Alternativa A.
Ejercicio Nº 3
Si bien la caída de Constantinopla en 1453 implicó una serie de problemas de índole comercial y económica, en el campo de la cultura, puede decirse que Europa occidental resultó beneficiada por cuanto:
Muchos sabios bizantinos huyeron a países como Italia, llevando consigo gran cantidad de textos antiguos.
La cultura occidental fue transformada totalmente con los aportes de los científicos de Bizancio.
La lengua griega, desconocida hasta entonces en Europa occidental, fue dada a conocer por los emigrados.
Sólo I
Sólo II
Sólo III
Sólo I y II
Sólo II y III
Solo la afirmación contenida en el número I es efectiva. La segunda es altamente atrayente, por cuanto encierra la idea de una transformación de la cultura occidental. Si bien algo de eso hubo, no fue total, y por eso se le descarta. La III contiene un error esencial: la lengua griega era conocida en occidente.
Respuesta correcta: Alternativa A.
Ejercicio Nº 4
Con el renacer del comercio, a fines de la edad media, se formaron asociaciones de comerciantes que, genéricamente, fueron conocidas como:
Carteles
Trusts
Guildas
Gremios
Cofradías
Las asociaciones de comerciantes surgidas a fines de la Edad Media eran las guildas.
Respuesta correcta: Alternativa C.
Ejercicio Nº 5
Señale la alternativa que NO corresponda a los diversos integrantes de los distintos grupos de la estructura social propia de la Edad Media:
Nobles
Capitalistas
Villanos
Eclesiásticos
Ninguna de las anteriores
La estructura social de la Edad Media es bastante simple: Nobleza, Eclesiásticos y bajo pueblo. Así, la única alternativa que se escapa de ello es la contenida en b). Al referirnos a villanos, aludimos, valga la explicación, a los habitantes de las villas.
Respuesta correcta: Alternativa B.
Ejercicio Nº 6
Entre las creaciones literarias de la Edad Media se destaca la poesía épica. De las siguientes obras , señale aquella que no corresponda a ese género:
La Canción de Rolando.
La Celestina.
El Mío Cid Campeador.
Sólo I
Sólo II
Sólo I Y II
Sólo I y III
I, II y III
De las creaciones literarias mencionadas, corresponden al género de la épica la Canción de Rolando y el Mío Cid Campeador
Respuesta correcta: Alternativa B.
Ejercicio Nº 7
Uno de los emperadores bizantinos más conocidos fue:
Constantino
Vespasiano
Justiniano
Tito
Domiciano
Todos los mencionados, salvo Justiniano, fueron emperadores de Roma.
Respuesta correcta: Alternativa C.
Ejercicio Nº 8
En las siguientes alternativas, se proponen situaciones que se produjeron en conjunto con la expansión del Islam. Indique las correctas:
Muchos de los pueblos dominados perdieron su identidad cultural.
El cristianismo prácticamente desapareció de la costa norte de África.
Se generalizó el alfabeto árabe.
Sólo I
Sólo II
Sólo III
Sólo I y II
I, II y III
Las tres afirmaciones son correctas. Si la expansión tenía un sentido religioso, resulta obvio que el cristianismo haya prácticamente desaparecido de los territorios ocupados por los árabes. Por otro lado, la influencia cultural fue tan fuerte que muchas manifestaciones culturales vernáculas tendieron a desaparecer y en su lugar, se instauró la cultura árabe con sus propios elementos.
Respuesta correcta: Alternativa E.
Ejercicio Nº 9
Entre los cambios ocurridos a fines de la Edad Media, y que preparaban el cambio de una etapa de la historia a otra, se pueden nombrar:
La aparición del capitalismo.
El resurgimiento de la vida urbana.
El comienzo de la Revolución Francesa.
Sólo I
Sólo II
Sólo III
Sólo I y II
Sólo II y III
En este caso la única alternativa que se descarta es la contenida en el número III, por cuanto la Revolución Francesa corresponde a la etapa siguiente, es decir, a los Tiempos Modernos.
Respuesta correcta: Alternativa D.
Ejercicio Nº 10
El objeto del viaje que Cristóbal Colón proponía realizar era:
Demostrar la esfericidad de la tierra.
Abrir una nueva ruta de comercio hacia el lejano oriente.
Repotenciar las expediciones marítimas castellanas.
Sólo I
Sólo II
Sólo III
Sólo II y II
I, II y III
Lo que Colón proponía era abrir una nueva ruta marítima hacia el oriente, navegando hacia el occidente y aprovechando la forma esférica de la Tierra. De hecho, cuando arribó a las islas del mar de las Antillas, pensó que estaban próximas a su destino original y nunca supo que había descubierto un nuevo continente.
Respuesta correcta: Alternativa B.